El Padre Eléctrico

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El padre eléctrico

 

Dedicado para Isaac Asimov,

El verdadero padre de la robótica

 

1

 

  •  Oremos por los valientes astronautas que partirán en poco tiempo a ese planeta extraño y a la luna, todos. Hijos míos, digamos un padre nuestro y un ave María.

Una voz conformada por varias generaba un eco que se asimilaban a los que los bisabuelos de los nuevos humanos de aquel futuro hacían en los estadios de futbol apoyando a su equipo favorito. Ahora aquellos lugares servían como lugares de entretenimiento barato o para las ferias de animales mutantes de cada año. Los deportistas como los soñadores no tenían lugar para este futuro. Pero la religión sí. A pesar de tantos años y que se comprobara que al menos Jesús si existió. La gente aun tenia fe en dios, la virgen maría y la enorme corte de ángeles y santos que se dice que están en el cielo.

  •  Padre nuestro. Que está en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga nosotros tu reino — se podían oír transmitir en cada de las bocas de los católicos temerosos de dios en aquella iglesia vieja pero fuerte —   hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…
  •  Mas fuerte hijos míos. Queremos que dios nos escuche y que mandemos nuestra fe y confianza a sus fieles guerreros que viajaran a sitios inexplorados— decía el padre sin necesidad de un micrófono porque ya su mera voz hacia retumbar y oír sobre el padre nuestro de los creyentes—  todos debemos hacerlo con fe. Sin fe no sirve nada.

A pesar de todo. Que en toda la iglesia se escuchara la oración hasta tal punto que se podría oír hasta la base de policías más cercana. Había una pareja que no estaba muy contenta por oír la misa del día de hoy. A decir verdad. Ninguna desde que se enteraron que el padre Isaac era un robot.

— Una maquina no puede transmitir la palabra de dios. No comprende la grandeza de nuestro señor ni del sacrificio de su hijo — susurro Alejandro a su esposa María— es algo ilógico

  •  Lo sé. creme que lo aborrezco tanto como ver a dos putos besándose en la pantalla-pared o que el papa aceptara los abortos que peligraran a sus madres. ¡Peor aún el papa es un robot igual que el!
  •  Respeten la casa de nuestro señor o mejor lárguense a su casa. El padre está dando la palabra — dijo una anciana mujer que estaba alado suyo que tenía las manos unidas en forma de suplicar un milagro- no deberían hablar mal del padre Isaac.
  •  Usted no se meta vieja entrometida. No sé cómo alguien de su edad acepte a un robot decir el creo.
  •  Usted también es viejo, no crea que aún está en sus veinticinco primaveras ¿eh? —  murmuro la mujer anciana con enojo—  ¿Que se cree?
  •   Para que lo sepa, yo y mi esposa tenemos cincuenta y cinco y cincuenta respectivamente. Así que hasta que no tengamos los sesenta no somos viejos como ust…

Alejandro fue interrumpido por el padre Isaac que llego a oír lo que la pareja y la anciana hablaban así que interrumpió el ave maría que estaba por la mitad.

  •  Hijo Alejandro, hija María. ¿tienen algún problema con su hermana Annie? — dijo el padre con su voz más tranquila y serena que su sistema de comunicación pudo transmitir—  si tienen problemas o no quieren ya estar aquí pueden retirarse. Dios comprenderá la situación — sonrió cálidamente dejando ver su sonrisa blanca como la leche que hacia resaltar más sus ojos azules grisáceos y su piel blanca como su pelo canoso que tenía tonalidades plateadas—  pero no discutan en su casa. Por favor.

Alejandro se paró rápidamente furioso y paro a la fuerza a su esposa.

  •  Si nos vamos. Pero no porque usted lo diga. Los robots no deben estar dando la misa, ustedes maquinas no comprenden la grandeza de nuestro dios y su hijo.
  •   Pueden irse hijos míos. Son tiempos nuevos. Deben ustedes saber que ya no hay tantos hermanos padres que quieren servir a la religión como antes. Solo estoy cumpliendo mi funcionamiento.

La iglesia completa empezó a ver a la pareja con enojo. Todos ahí apreciaban al padre robótico Isaac. Menos Alejandro y maría que se fueron pisando fuerte la iglesia. Apenas pusieron un pie afuera, la gente retomo el rezo desde el inicio.

     —  Debemos buscar una forma de que ya no esté aquí esa maldita maquina

  • ¿¡pero cómo Alejandro!? Todos esos estúpidos lo aman y aprecian. Los oficiales no tienen motivos para llevárselos si no está descompuesto. No como lo que paso hace unos días con esos estúpidos modelos 55-M.

     — Lo sé, pero … debe ver una forma. Si no …

  • ¿si no? ¿que?
  • Te digo en la casa. Creo saber cómo deshacernos de la maldita máquina.

la pareja regreso la mirada hacia donde estaba las puertas abiertas de la iglesia. Que a plena vista. Se podía ver al padre Isaac que aún se podía apreciar bien por lo alto que era y portando las ropas típicas de un padre humano. Y antes que retomaran su camino vieron cómo es que alzo las manos y poniendo una mirada de verdadera gloria divina a pesar de su complicado sistema de funcionamiento.

 

2

  •  Universal Robots and Androids, ¿Cuál es su problema?
  •  Quiero reportar un robot —  respondió Alejandro atreves de su comuni-palma con el tono más educado que su ira lo permitía —  es el modelo M-1920 con el sobrenombre Isaac. Su funcionamiento es la de padre de la iglesia de … ¿Cómo dijo?

La contestadora inteligente había interrumpido Alejandro diciéndole que tenía una enorme cantidad de quejas ante el padre robótico Isaac. Había revisado todas las ocasiones que fue reportado y no se encontraba falla alguna. Alejandro quería reclamar que un robot no podía impartir la religión católica pero apenas abrió la boca la contestadora había terminado la llamada.

  • ¡PUTA INTELIGENCIA ARTIFICIAL DE MIERDA!

 

3

María había tratado de relajar a su esposo de muchas formas a pesar que ella también estaba furiosa porque sus planes de destituir al robot no daban sus frutos. Por lo que ambos idearon un plan.

Irían a espiar a la maquina con aspecto humano desde esa misma noche hasta la mañana siguiente que tenía una primera comunión que verían el momento exacto para atacarlo, destruirlo e informar a la compañía que se lo llevara y al fin la iglesia les diera un padre de carne y hueso.

Ellos habían tratado de hacerlo de manera limpia. Pero la gente … y mucho menos las demás maquinas no les dejaron de otra.

 

4

Iniciaron su plan apenas la noche coloreo el cielo de negro azulado para tomar rumbo lento y sigiloso a la iglesia donde debería descansar el robot asqueroso que fingía ser un comunicador de dios. Alejandro llevaría su fiel machete heredado por generaciones. María llevaría cosas para aguantar el frio de la madrugada y algunos químicos para alejar a los mosquitos que transmitían enfermedades similares al covid-19. No podían perder más tiempo.

Su plan iniciaba y no había vuelta atrás.

 

5

  • ¿Qué es lo que vez Alejandro? — dijo la mujer mientras le pasaba su primera taza de café de la noche— ¿vez a esa puta maquina?

—  Lo veo … sigue en funcionamiento — gruño—  su hora de funciones ya paso hace 2 horas — se acomodó el telescopio de 1000 de potencia y con la capacidad de vista similar a las extintas águilas— maldito robot…

  • Eso es imposible. Ningún robot ni androide puede anular su modo de reposo y mucho menos romper las reglas dentro de la casa del señor. — empezó a buscar dentro de su mochila algo—  ¿Dónde deje mi copia de “las 3 leyes de la robótica”?
  •  Déjalo así. Debemos saber ¿Por qué diablos está haciendo a estas horas prendido y que planea? Si encontramos la más mínima falla. Nos podremos deshacernos de él.

 

Los dos esposos estuvieron toda la noche observando al padre robótico Isaac que oraba y preparaba todo para que en la primera hora de la mañana pudiera dar inicio a la primera comunión de los niños.

Alejandro y María empezaban a perder los estribos.

 

6

  •  Puto robot — dijo Alejandro.
  •  No ha parado — le respondió María.
  •  Debe detenerse por un momento
  •  Y nosotros debemos descansar y dormirnos … es mejor irnos a dormir a la casa y regresamos después.
  •  No

— Alejandro…

  • ¿Qué quieres? ¿Qué acaso ya se te olvido porque venimos aquí?
  •  No, pero ni tu ni yo podemos desvelarnos como antes. Anda. Regresemos y ya pensaremos algo mejor

O no. como obra divina del cielo. El padre Isaac después de una larga noche y mañana de ese día. Al fin se iba a poner en su cuarto donde se guardaba para sus tareas que vendrían en unas horas. Los monjes de la iglesia no les gustaban dirigirse al cuarto del padre Isaac su base de almacenamiento porque sería una ofensa para tal obra maestra que les había sido entregada aquella gente y los temerosos de dios y del fin del mundo.

Pero todos sabemos que el padre Isaac nunca más volverá a prenderse después que Alejandro y maría estaba destinados hacerle a esta máquina que resultaba ser más humana que ellos dos.

 

La iglesia estaba en completo silencio. María y Alejandro debían ser rápidos. Cuando ingresaron al recinto era las cuatro veinte de la madrugada. En unos minutos todos los monjes, monjas, madres y aprendices de la palabra del señor de los cielos se levantarían a las cinco en punto para dar pie a sus tareas hasta las doce de la noche como siempre había sido.

Rápidamente se dirigieron al cuarto del robot y entraron sin necesidad de utilizar medios externos. La puerta era muy vieja y no era holográficas como las de las casas modernas. Ni siquiera tenía el seguro. Por si alguien quisiera entrar a pedir consejo al padre Isaac.

Entre susurros la pareja se comunicó.

  •  Yo entrare y tú te quedas aquí para avisar para cualquier cosa que pase ¿de acuerdo? No se vio ningún guardia en toda la noche así que ni te preocupes. Solo chifla su vez a uno de esos pingüinos o pedófilos disfrazados de monjes.
  •  De acuerdo entra ya. O me arrepentiré de esto después.

Alejandro entro rápidamente al cuarto que apenas respirar un poco se podía apreciar que el ambiente olía a incienso y vino. Llego a pensar a Alejandro si es que el robot lo consumía o solo lo serbia en el cáliz para cuando se lo daba beber a los demás.

El cuerpo y sangre de cristo, pensó.

Alejandro desenvaino su machete de su funda que estaba sujeta a su cinturón y se posiciono frente al robot.

  •  Al fin me podre deshacer de ti maldito montón de metal viejo — susurro con ira y blandió el machete oxidado—  al fin esos idiotas de universal robots vendrán por ti y traerán un humano —inicio su ataque tajante, pero se detuvo en seco cuando vio dos luces azules-—  mierda … — dijo asustado y sin aire en su ser.

El padre Isaac se había reactivado nuevamente.

 

7

  •  Hijo Alejandro. Sabía que vendrías — el padre le dedico una sonrisa de oreja a oreja para a continuación encender las luces con una palmada—  ya hasta dude que no se daría esta noche
  • ¿De qué carajo se refiere? –dijo Alejandro aun empuñando el machete en el aire- ¿usted sabia?
  •  Claro que sí. Desde el primer día que me trajeron a esta iglesia tú y maría no me recibieron bien. a decir verdad, ninguno. Pero todos me empezaron amar porque no soy una simple maquina hijo — sonrió más y se dio la vuelta—  mira bien en mi nuca y di lo que dice.

Alejandro se acercó ante la maquina bajando el instrumento de corte naranja negruzco. Y leyó en voz alta lo que decía:

 

Nova Vita S.A

(N.V.S.A)

Modelo: 1920

Alias: padre Isaac

Año de muerte: 1992

Año “revivido”: 2020

 

Adjunto había un código de barras y un número para poder comunicarse con nova vita s.a.

Alejandro dejo caer el machete y retrocedió con una combinación de terror y asco.

  •  Usted no pudo ser un humano.
  •  Lo fui hijo. Morí hace mucho tiempo. la agencia pudo atrapar un poco de mi conciencia en mis escritos que deje en el pasado y con algunas grabaciones que mis hermanos sanguíneos tenían guardados. Solo soy una sombra de lo que fui –suspiro y se sentó en la silla junto al escritorio viejo de madera- cuando mi último hermano murió. La agencia fue a recogerme no antes pedirles que enterrara a mis parientes en el cementerio familiar. –vio directo a los ojos de Alejandro transmitiendo la frialdad de una máquina y los de la tristeza- les sugerí que podían llevarme al vaticano porque era un padre retirado. Me dijeron que lo pensarían y estuve desconectado o muerto. Como quieras decirle. Por diez años. Después de eso ya lo sabes.

El padre Isaac se volvió a pararse y se puso enfrente de alejando recogiendo su machete.

  •  Hazlo Alejandro. Hazlo de una vez. Ambos ganamos algo esta noche. Tu tendrás a un padre de carne y hueso. Yo podre descansar en paz y juntarme con mi familia.

El padre cerro los ojos y empezó a decir un rezo sobre los muertos.

 

8

Alejandro le empezó a llegar el sentimiento por lo que Isaac le había contado. A pesar de todo. Entre todo ese metal, piel falsa y cables. El padre Isaac era un poco humano. Por eso trasmitía más emoción que cualquier maquina al ser programada para eso (incluso si el mismo dijese que así fue creado) solo ocultaba una verdad que nadie sabría hasta que sus baterías de energía se murieran en mil años.

Así que alzo el machete una vez más. Lo posiciono en lo más alto que pudo en el aire y llorando escucho las últimas palabras del padre.

  •  Dios padre. No culpes a tu hijo Alejandro por lo que hará con tu servidor. Solo quiero juntarme a tu lado junto a mis seres que amo … Alejandro Díaz … quedas perdonado de tus actos y lo que estas por cometer.

Y el machete dio directo a la frente de Isaac.

Una combinación de movimiento bruscos y luces parpadeando nacían del moribundo robot de muerte. Alejandro estaba destrozado y para acabar con el sufrimiento del padre le dio otros cinco machetazos para que se dejara de mover así.

Cuando el robot dejo de moverse, Alejandro vio que en su rostro manchado de líquido negro se veía una sonrisa. Fría y metálica que por una extraña razón transmitía calor.

 

9

Cuando salió entre lloriqueos y bufidos del cuarto del padre, maría lo agarro asustada.

  •  Larguémonos de aquí. Hiciste mucho ruido cuando lo destruiste … ¿y por qué diablos estas llorando?
  •  Te platico en la casa.

Y se fueron lo más rápido que pudieron del lugar. A pesar de los enormes portones de metal de la iglesia lograron salir y escuchar gritos femeninos provenientes del cuarto del padre Isaac.

María sonreía gloriosa por su victoria.

Alejandro se sentía como la mayor porquería que podía existir en el mundo a pesar que el padre le pidiera que acabara con su existencia.

 

Cuando el hombre le conto todo a su mujer de lo que había sucedido en el cuarto. Ambos se empezaron a arrepentirse de lo que planearon e hicieron.

Pero todo estaba hecho.

Su deseo se había cumplido.

Tendrían a su nuevo padre.

 

10

Los días había pasado. La gente de la iglesia y la comunidad se enteraron de la destrucción brutal del padre eléctrico. Toda una semana de lloriqueo y misas por el robot Isaac. En la última misa del día domingo se rebeló la verdad del robot y todos se rompieron aún más. Todos sabían quiénes fueron los responsables de aquel acto tan terrible. Alejandro y maría eran los apestados del lugar y de cada misa que fueron. (incluso la compañía no les dio un castigo por el mero hecho que se habían reportado casos similares o autodestrucción de esos modelos similares al padre) Cada domingo era lo mismo para ellos. Nadie se sentaba cerca de ambos. Como si hubiera contraído una nueva sepa de virus o que las desgracias caerían en ellos. Pero ellos mismo ya sufrían suficiente. Pero nadie más que Alejandro que cada mirada de odio y desprecio le hacían recordar las últimas palabras del padre hacia él y su sonrisa final. Incluso con el nuevo padre que era enérgico y más animado a dar sus misas. No servían de nada para ellos dos ni de los integrantes de la iglesia. Porque habían perdido al mejor padre que pudieron haber tenido.

Alejandro y maría fueron odiados hasta el último día de la existencia. Y el padre Isaac al fin pudo descansar en paz. Pero dejando la duda a todos los creyentes del señor. ¿existirá algún cielo para los robots y androides?

 Nunca lo sabremos.

 

 

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